Como un ladrón
te acechan detrás
de la puerta.
Te tienen tan
a su merced
como hojas muertas que el viento arrastra allá o aquí,
que te sonríen tristes y
nos hacen que
lloremos cuando
nadie nos ve.
te acechan detrás
de la puerta.
Te tienen tan
a su merced
como hojas muertas que el viento arrastra allá o aquí,
que te sonríen tristes y
nos hacen que
lloremos cuando
nadie nos ve.