No soy yo, ni tu, ni nadie
son los dedos miserables
que le dan cuerda a mi reloj...
Y no hay lagrimas que valgan para volver
a meternos en el coche
donde aquella noche en pleno carnaval
te empeze a desnudar
son los dedos miserables
que le dan cuerda a mi reloj...
Y no hay lagrimas que valgan para volver
a meternos en el coche
donde aquella noche en pleno carnaval
te empeze a desnudar